
Un toro bravo, llamado España, arrasó en la plaza del Mar de la Plata (Argentina) donde la afición albiceleste y sus toreadores naufragaron ante el ``tsunami´´ español que alcanzó la gloria consiguiendo la ``Ensaladera´´.
El flamenco ganó al tango que nos propusieron los argentinos y el espíritu de Nadal, en forma de calzones en la grada, dieron fuerzas y alas a los superhombres del ``capi´´ Sánchez-Vicario.
Feliciano, por primera vez, nos hizo a todos felices derrotando a un deprimido del Potro y a una anárquica pareja de dobles formada por Calleri y Nalbandián, el gran derrotado.
Mientras Fernando Verdasco se convirtió de pronto en tenista al ganar la partida de dobles y el individual frente a un cansado ``Xuxo´´.
``Vamos Argentina, vamos a ganar, vamos a ganar, yo siempre te animaré...´´, rezaba el coliseo blanquiazul que veía como sus tenistas eran incapaces, después de haber dado el primer golpe ganando Nalbandián el primer punto contra un desaparecido Ferrer, de ganar a un toro español que cada vez era más bravo y más inmortal.
Así, Feliciano primero en individual y luego en dobles con Verdasco dieron el 2-1 a España. La gesta roja la ponía el tenista madrileño Verdasco que ganaba a Acasuso en un dramático partido. 3-1 final.
``No llores por mí, Argentina´´, se disculparon los fracasados tenistas locales que vieron perdida una ocasión única para ganar su primera Copa Davis y con su público, su gente.
Qué bonito fue escuchar el himno español en lo más alto siendo la guinda al mejor año del tenis español. ¡Y QUE VIVA ESPAÑA!
LA ARMADA INVENCIBLE HA VUELTO!!!!!
Y como dicen Los NIckis, ``la tortilla de patatas ha vencido, el Mc Donald`s está de vacas flacas´´.
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